sábado, 29 de septiembre de 2012




COMUNICADO

Las organizaciones de las victimas de la Violencia Política durante las dictaduras militares, comunican a la opinión pública en general y, en particular a nuestros compañeros, compañeras, familiares, Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, Defensor del Pueblo y activistas de distintas Instituciones Derechos Humanos lo siguiente:


AMNISTÍA INTERNACIONAL
COMUNICADO DE PRENSA

21 agosto de 2012
Bolivia: Autoridades deben otorgar reparaciones integrales a víctimas de violaciones de
derechos humanos durante regímenes militares y autoritarios

Las autoridades de Bolivia deben otorgar reparaciones integrales a las víctimas de violaciones de
derechos humanos cometidas durante los regímenes militares y autoritarios en el país, en línea
con los principios internacionales, dijo hoy Amnistía Internacional.

El llamado tuvo lugar en el 41 aniversario del golpe de Estado del general Hugo Bánzer Suárez.
Durante los siete años del régimen de Bánzer y otros gobiernos militares o autoritarios entre 1964
y 1982 se cometieron graves violaciones de los derechos humanos, incluidas torturas y
desapariciones forzadas.

“A pesar de algunos pasos positivos que se han tomado, incluyendo la exhumación de restos de
desaparecidos, no se han logrado avances en la identificación y enjuiciamiento de los
responsables. Los archivos militares no se han desclasificado y miles de víctimas y familiares
esperan sus reparaciones,” dijo María José Eva Parada, investigadora sobre Bolivia de Amnistía
Internacional.

Desde la promulgación de una ley sobre resarcimiento a víctimas de violencia política, en marzo
de 2004, el Ministerio de Justicia de Bolivia recibió alrededor de 6.200 solicitudes.
Sin embargo, según datos oficiales, sólo 1,714 personas han sido calificadas como beneficiarias.
De estas, hasta la fecha, alrededor de 800 personas habrían recibido alguna compensación
económica. El resto de las peticiones han sido desestimadas.

Varias de las personas afectadas se encuentran manifestándose frente al Ministerio de Justicia
desde hace aproximadamente seis meses.

Para poder acceder a las medidas de resarcimiento, el Ministerio de Justicia solicitó a las víctimas
certificados médicos forenses sobre las torturas sufridas, certificados de defunción de personas y
otros documentos de la época que resultaban difíciles o incluso imposibles de obtener.

“Los requisitos impuestos por las autoridades para obtener las reparaciones establecidas por ley
han sido sumamente restrictivos y han imposibilitado a muchas víctimas acceder a cualquier
medida de reparación, además de promover la re victimización de muchas de ellas,” dijo María
José Eva Parada.

“Es imprescindible que el Gobierno instaure un mecanismo de apelación y revisión de las
solicitudes que garantice a los sobrevivientes y los familiares de víctimas su legítimo derecho a
obtener reparaciones por las violaciones sufridas.”

En abril y mayo de este año fueron aprobados una ley y un decreto por el cual se disminuyeron las
cantidades económicas para resarcimiento previstas en la ley de 2004 y se hizo pública la lista de
beneficiarios; pero sin indicar el monto que recibirían. Según información obtenida por Amnistía
Internacional, las personas beneficiadas desconocen el alcance de la indemnización hasta el
momento de recibirla.

“Por un lado, muchas víctimas enfrentan dificultades para acceder a las medidas de
resarcimiento; y por el otro, cuando pueden acceder a estas medidas, se les niegan las cantidades
económicas previstas por la ley de 2004 y además hay falta de transparencia en cómo se
determinaron los montos y cuáles son,”dijo María José Eva Parada.

Información complementaria

El 11 de marzo de 2004 se dictó la Ley 2640 de “Resarcimiento excepcional a víctimas de la
violencia política en periodos de gobiernos inconstitucionales”.

La normativa establece una serie de medidas compensatorias tales como asistencia médica
gratuita, rehabilitación psicológica y beneficios económicos para víctimas y familiares de personas
que hubieran sufrido tortura y desapariciones forzadas, entre otras violaciones de derechos
humanos.

Según esta ley, el Estado se comprometía a pagar el 20 por ciento del resarcimiento total mientras
que buscaría fondos externos para pagar el 80 por ciento restante. El 30 de abril de 2012 la
Asamblea Legislativa Plurinacional aprobó la Ley 238 que modifica dos artículos de la Ley 2640
relacionados con el pago económico a las víctimas. Un día después fue aprobado el Decreto
Supremo 1211 para reglamentar el pago individual y aprobar la lista oficial de personas
beneficiarias. Las víctimas y familiares aseguran que las autoridades solamente están pagando
hasta el 20 por ciento de lo que les correspondería según la ley aprobada en el 2004.
En junio de 2012 Amnistía Internacional escribió a la Ministra de Justicia de Bolivia para solicitar
información sobre el cumplimiento de la Ley 2640 y las medidas adoptadas para garantizar el
derecho de las víctimas a una reparación justa. Hasta la fecha, la organización no ha recibido
respuesta de las autoridades.

Conforme al derecho internacional el Estado tiene la obligación de otorgar una reparación integral
a las victimas de violaciones de derechos humanos incluyendo medidas para la restitución, la
indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición.

Según los informes de las organizaciones de víctimas durante los regímenes autoritarios o militares
(1964-82) hubo más de 100 desapariciones forzadas. Se calcula que durante los siete años del
régimen de Bánzer (1971- 1978) centenares de personas fueron víctimas de torturas y más de 70
fueron desaparecidas.

Para más información o para solicitar una entrevista, favor de contactar a: Josefina Salomón, +44
7778 472 116, jsalomon@amnesty.org
Lo que no hay, son autoridades que se ocupen de solucionar el problema de los sobrevivientes de las dictaduras que recuperarón la demócracia y están cerca a siete meses reclamando un derecho negado por el gobierno de Evo Morales.

martes, 25 de septiembre de 2012


COLQUIRI Zulema Alanes Bravo
zalanes@hotmail.com

Colquiri, una de las minas de estaño y zinc más ricas del país, es hoy objeto de una nueva disputa.  Un Decreto Supremo, el 1337, que según fuentes de Comibol es hechura del ministro de Minería y Metalurgia, Mario Virreira, echó gasolina a la histórica querella  de mineros asalariados y cooperativistas  por el control de ese centro minero y puso en evidencia los altos costos de una errática política minera.


LA ACTUALIDAD DEL PROLETARIADO

Raúl Prada Alcoreza
Cuando el proletariado se concentra, marcha y desfila es como si convocara a todos los proletarios del mundo y de la historia, es como si todas las luchas contra el capital fueran reunidas en un solo acto. Ocurre como si brotase del interior de los cuerpos concentrados otro tiempo, el tiempo de la interpelación, el tiempo detenido de la revolución, según Walter Benjamin . El proletariado es la fuerza de trabajo, el que crea la valorización del valor, la valorización del dinero, del capital, con la realización y materialización de su trabajo. Es la clase explotada y condenada por el capitalismo a vender su fuerza de trabajo como mercancía, pero también es la clase, por eso mismo, que entra en contradicción con el capitalismo, la clase definida por Karl Marx como sepulturera del capitalismo. Se trata de una clase heterogénea, su composición es compleja y diversa; fueron esclavos del capital en las plantaciones de las islas del Caribe y en el propio continente americano, migraron del campo a la ciudad, se convirtieron en trabajadores, empleados en talleres y fábricas, otros fueron asimilados en las empresas agrícolas. El proletariado es producto de la gran movilidad de la fuerza de trabajo, escapa, huye, busca mejores condiciones, genera el mercado de trabajo, donde se enfrentan empleadores y trabajadores; aparecen, en principio, como dependientes, logran ser libres gracias a sus luchas, a la conquista de sus derechos y a transformaciones constitucionales. Empero, en el mundo, a pesar de lo que digan las leyes y las normas internacionales, no todo el proletariado se puede considerar trabajador libre, tampoco todos son asalariados; el capitalismo contemporáneo ha actualizado nuevas formas de esclavitud, de contratos temporales, de contratos migratorios sin que estos trabajadores migrantes gocen de ninguna ciudadanía, tampoco de derechos laborales. El capitalismo ha recreado lo que llama Yann Moulier-Boutang el trabajo asalariado embridado.


Un año de impunidad

Alex Contreras Baspinereiro

Rebelión

“¡Hijos de puta suban a los camiones!”…“¡Qué importa si son mujeres o wawas, estos indígenas son unos salvajes!”…”¡No tiene que escapar ninguno de estos perros!”…“¡Este es dirigente hay que matarlo!”, fueron algunas de las frases vociferadas por efectivos policiales cuando reprimían a mujeres, niños, ancianos y hombres de los pueblos indígenas del Oriente, Chaco y Amazonía de Bolivia que perduran en la historia del país.

Un 25 de septiembre de 2011, hace un año, efectivos policiales, agentes civiles y funcionarios de gobierno fueron protagonistas de una página negra en el denominado proceso de cambio porque con el objetivo de desarticular la Octava Marcha Indígena por la Defensa del TIPNIS, maniataron, amordazaron, golpearon y torturaron a varios representantes de los pueblos indígenas.

Aún quedan en el recuerdo las crueles imágenes difundidas por algunos medios de comunicación cuando algunas mujeres que trataban de escapar junto a sus wawas (bebés) eran sacadas desde el monte por efectivos policiales para ser arrastradas de los cabellos; otras fueron amarradas de las manos y amordazadas con cinta de embalaje para evitar que griten; los dirigentes detenidos fueron golpeados sin piedad y conducidos por la fuerza en vehículos contratados con antelación; los niños y ancianos fueron pisoteados cuando los uniformados gasificaban el campamento de los marchistas, otros se desmayaron, pero varios lograron huir para continuar su travesía.

Esos indígenas marchistas lo único que demandaban al gobierno era el ser consecuentes con la defensa de la madre tierra y evitar que se construya una carretera por el corazón o el núcleo del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS). En esa oportunidad se paralizó la construcción de la mega-obra con intereses brasileros, pero hoy se realiza una consulta posterior y cuestionada por varios actos fraudulentos que podrían llevar a una confrontación entre poblaciones indígenas.

En aquella oportunidad, Evo Morales Ayma, Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia aseguró que no hubo ninguna instrucción de parte del gobierno para intervenir violentamente la marcha indígena; Álvaro García Linera, su vicepresidente, señaló que el gobierno sabía quien dio la orden de la intervención.
“Nuevamente quiero decirles a las familias víctimas (de la represión) que nos disculpen, que me perdonen. Quiero que sepan: no ha habido ninguna instrucción ni jamás habíamos pensado que podría ocurrir de esa manera, duele bastante, como víctimas que hemos sido en muchas oportunidades de la represión por la fuerza pública”, expresó el Jefe de Estado.

“Nosotros ya sabemos lo que ha sucedido, pero el Presidente ha dicho que no vino de acá ni de allá, para que se esclarezcan las cosas que se arme una comisión de investigación para que no se hable justamente de que se está encubriendo”, comentó el Vicepresidente.

¿Encubrimiento?

A pesar que altos funcionarios de gobierno confiesan que saben quien dio la orden de la brutal represión policial contra los indígenas, se guarda hermético silencio.
Un proceso que es impulsado por la fiscalía se encuentra paralizado por la dependencia a los mandatos del ejecutivo y lo que ha llamado poderosamente la atención es que algunos funcionarios que fueron los responsables directos de la represión, hoy tienen nuevos cargos.

El ex ministro de gobierno, Sacha Llorenti, destituido pocos días después de la represión policial, fue designado como embajador de Bolivia en las Naciones Unidas (ONU) y el ex director nacional de inteligencia, coronel Víctor Maldonado, hoy es el comandante general de la Policía Nacional.

El Defensor del Pueblo, Rolando Villena, en su informe identifica a 18 personas - entre autoridades civiles, policiales y funcionarios del gobierno- como los responsables de esos hechos, excluyendo al Presidente Evo Morales.

El informe indica que en la acción policial no solo hubo una serie de tratos crueles, inhumanos y degradantes sino que los testimonios dan cuenta que además hubo actos de tortura.

"La Policía Boliviana procedió a realizar una represión violenta e indiscriminada, contra bebés, niñas, niños, familias, mujeres gestantes y madres, así como personas adultas. De esta manera hubo actos de coacción brutales contra seres humanos indefensos", se lee en partes salientes del informe de la Defensoría.

Según el documento, el entonces ministro de gobierno, Sacha Llorenti, decidió y planificó la intervención policial junto a sus colaboradores y a jefes policiales como Marcos Farfán, ex viceministro de gobierno; Boris Villegas, director de régimen interior; Ramiro Delgado, ex jefe de gabinete; Carolina Vertiz, Edwin Contreras, Diego Pérez, Jorge Arzabe, Adafalit Rivero y Ernesto Castro, funcionarios del Ministerio de Gobierno; los generales de la Policía Nacional, Jorge Santiesteban, Óscar Muñoz, Modesto Palacios, Edwin Foronda y los coroneles Óscar Chávez, Alberto Aracena y Henry Terrazas por haber planificado y ejecutado la violenta intervención; además del general de la Fuerza Aérea, Tito Gandarillas, por haber autorizado aviones y combustible para trasladar a los detenidos ilegales. También están mencionados el ex ministro de Obras Públicas, Wálter Delgadillo y el presidente de la Agencia Bolivia de Caminos (ABC), Luis Sánchez, por violación de los derechos de los pueblos indígenas al imponer el proyecto carretero.

Llorenti y Sánchez, ahora acusados por violar los derechos indígenas, otrora fueron miembros de la Asamblea de Derechos Humanos.

“A un año de la masacre de Chaparina, no podemos entender que nuestro gobierno siga encubriendo a los responsables materiales e intelectuales de esta cruel represión. Quienes hemos luchado, marchado y dado la vida por este proceso creemos que no debe existir impunidad, menos encubrimiento a los violadores de los derechos humanos”, cuestionó el presidente de la Confederación Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB), Adolfo Chávez.

¿Cambio?

Diferentes sectores sociales del país –ubicado en el epicentro del continente latinoamericano- empiezan con más frecuencia a preguntarse si éste es el proceso de cambio por el cual se luchó durante años.

La consecuencia revolucionaria en la gestión de gobierno está en debate.
Sólo mencionaremos dos ejemplos actuales para darnos cuenta de lo que está ocurriendo en Bolivia:

Los pueblos indígenas demandan al gobierno que no se construya una carretera por el corazón de un parque nacional y que se busquen nuevas opciones para el camino, pero desde algunos sectores del ejecutivo se insiste en atravesar el área natural afectando a la madre tierra.

Uno de los pilares fundamentales del proceso de cambio es la defensa de la madre tierra, no los proyectos desarrollistas ni extractivistas.

Hace un par de días un trabajador minero (Héctor Choque Gutiérrez, 31 años) murió a consecuencia de que una dinamita fue lanzada a su cuerpo por cooperativistas mineros. La demanda de los asalariados es la recuperación de la mina Colquiri para el Estado, el gobierno prefiere hacer ejercicios electorales porque a diferencia de los 17 mil trabajadores asalariados, los cooperativistas son más de 120 mil.

Otro de los pilares fundamentales de esta gestión es la nacionalización de las empresas y la recuperación de los recursos naturales, no la defensa de la minería privada.

En ambos casos, existió una violación sistemática a los derechos humanos que el gobierno del cambio debería evitar o caso contrario coadyuvar para sancionar a los responsables; sin embargo, ocurre todo lo contrario.

“Lo que pasa es que en el país ya no existe un proceso de cambio, sino un retroceso del cambio. Yo me sentí orgulloso cuando vi que nueve o diez policías se acercaron a mí en Chaparina para golpearme, maniatarme y pisotearme. A este desgraciado hay que matarlo gritaban los policías cuando me patearon un montón y me subieron a un vehículo sin destino. Sin embargo debo decir que aunque recibí las mayores torturas y humillaciones de mi vida que no las sentí ni en gobiernos neoliberales ni militares, me siento orgulloso por defender a mi pueblo”, aseveró el presidente de la sub central TIPNIS, Fernando Vargas.

El coordinador de Fortalecimiento e Integración Política de los Pueblos de la CAOI, Rafael Quispe, dijo que el gobierno debe cumplir los mandatos consagrados en la Constitución Política del Estado, respetar las normas en vigencia con relación a los pueblos indígenas y la ley contra el racismo y toda forma de discriminación y sancionar a los responsables de la masacre de Chaparina; “caso contrario, significará que ha abandonado para siempre este proceso y está sumido en la impunidad”.

A un año de la represión en Chaparina, no se pueden borrar de la memoria de los bolivianos y bolivianas esas crueles imágenes de represión policial contra los indígenas marchistas.

Si el Jefe de Estado calificó a esas acciones como “imperdonables”, no se debería perdonar a los responsables intelectuales ni materiales y menos premiarlos; caso contrario, sólo se estará imitando uno de los estigmas de los anteriores gobiernos: la impunidad… 

Alex Contreras Baspineiro es Periodista y escritor boliviano.

lunes, 24 de septiembre de 2012



Colquiri: alcances de la nacionalización

Dos causas explican el conflicto: El más difundido es el aumento internacional de precios de los minerales, que despiertan el interés para obtener beneficios de la explotación minera circundante. La otra causa es la falta de definición de la política minera, fundamentalmente en el tema de la propiedad, señala Pablo Poveda, experto en este tema, que nos da más elementos y antecedentes para comprender este caso.
Pablo Poveda
Características e importancia del yacimiento de Colquiri
El distrito minero de Colquiri se halla ubicado en la provincia Inquisivi del departamento de La Paz, en la cuarta sección municipal del mismo nombre, a 233 km al sudeste de la ciudad de La Paz. Colquiri en Aymara significa “plata dormida”, conociéndose el yacimiento desde la colonia por la explotación de este mineral. Este es un yacimiento polimetálico de estaño-zinc-plomo-plata.
Según proyecciones del censo de 2001, la población del municipio de Colquiri para 2011 es de 20.295 habitantes, estimándose entre 1.600 a 2.600 trabajadores mineros (400 en Sinchi Wayra, 1.200 de la cooperativa 26 de Febrero, y unos 1.000 en las cooperativas 21 de Diciembre, Collpacota y Socabón Inca; por otra parte, el 31 de agosto de 1985, Colquiri tenía 2.515 trabajadores).
En el distrito de Colquiri existen un total de 106 concesiones mineras, las que abarcan 6.380 hectáreas, de las cuales el 80% pertenecen a la empresa estatal COMIBOL (5.103 hectáreas). La Empresa Minera Colquiri de Sinchi Wayra y la cooperativa 26 de Febrero, han arrendado de la COMIBOL, cada una por su cuenta, una parte del yacimiento Colquiri.

Cuadro 1: Concesiones Mineras en Colquiri
Razón Social
Número
Porcentaje
Hectáreas
Porcentaje
Comibol
96
91%
5.103
80%
Empresa Tiwanacu
1
1%
250
4%
Unipersonal
9
8%
1.027
16%
Total
106
100%
6.380
100%
Fuente: Sergeotecmin 2008.
Producto del cierre de operaciones de COMIBOL desde 1987, mediante Decreto Supremo Restructuración de COMIBOL 21377, artículo 24, se ordena que los trabajadores despedidos del distrito minero de Colquiri formen cooperativas, para recibir en arriendo una parcela del yacimiento. En esas circunstancias, el 16 de septiembre de 1987, nace la cooperativa “26 de Febrero” con 320 socios fundadores.
En el año 1999 la empresa Comsur –del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, y la financiera del estado británico –la Commowealth Developmen Corporation, se adjudicaron bajo arriendo otra parte del yacimiento por un tiempo de 30 años, con el compromiso de inversión de $us 2 millones. Por otra parte, COMIBOL proporcionó soporte técnico para el desarrollo de reservas con una inversión de $us 10 millones. Posteriormente, en diciembre de 2004 la empresa suiza Glecore SA compra el 89% de la empresa COMSUR, estableciéndose la filial Sinchi Wayra.
Cuando la empresa Comsur empieza la producción en Colquiri el año 2002, se calculaban reservas de concentrados de estaño por 162.000 toneladas, y de 1.012.000 toneladas de zinc. De acuerdo a la cotización oficial de precios en la primera quincena de junio, $us 19.603 la tonelada para el estaño y $us 1.894 la tonelada para el zinc, el valor actual aproximado del yacimiento es de $us 5.092 millones. Comparativamente, las reservas de estaño representan el 17% de las reservas de Huanuni, y las reservas de zinc representan el 25% de las reservas de San Cristóbal, revelándose la importancia del yacimiento.
La producción de estaño en Colquiri es la más importante, aunque también produce zinc y plomo. En el año 2011, produjo 2.190 TMF de estaño con un valor aproximado de $us 55 millones, que representan el 10% de la producción nacional, el 23% de la producción de Huanuni, y el 92% de la Minería Mediana.
Cuadro 2: Producción de concentrados en Colquiri (Toneladas Métricas Finas)
Mineral
2002
2003
2004
2005
2011
Estaño
2.790
2.859
2.545
2.940
2.190
Zinc
13.787
15.766
12.034
13.116
s/d
Fuente: ANMM y Página Siete 5/6/12.

Antecedentes  para entender el conflicto
El pasado 30 de mayo, los cooperativistas toman el yacimiento, pero los trabajadores de la empresa Sinchi Wayra exigían al gobierno obligar el desalojo de los avasalladores. No aparecen públicamente los ejecutivos de la empresa, y aparentemente, la defensa de sus ganancias queda en manos de los trabajadores, que defienden sus fuentes de empleo.
El conflicto económico por la disputa de la explotación de un yacimiento de propiedad de COMIBOL entre Sinchi Wayra y la cooperativa 26 de Febrero, adquiere carácter político, cuando las federaciones nacionales de trabajadores asalariados y cooperativistas asumen reivindicaciones sectoriales.  
La Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia FSTMB, firma un acta de entendimiento con el gobierno, que establecerá una estrategia común para evitar los avasallamientos. Por su parte, la Federación Nacional de Cooperativas Mineras FENCOMIN, respalda la toma y exige al Ejecutivo dé paso a las conclusiones de la Cumbre Social realizada en la ciudad de Cochabamba, donde se estableció, que el estado plurinacional debe otorgar más concesiones a los cooperativistas.
El 5 de junio, luego de una reunión entre la FSTMB (que cabe mencionar, no asistió a la Cumbre Social), el Ministerio de Minería y la COMIBOL, surge la propuesta de “nacionalizar el yacimiento”, es decir, la ruptura del contrato de arrendamiento del yacimiento por parte de COMIBOL con la empresa Sinchi Wayra. La FSTMB aceptó la propuesta gubernamental de nacionalizar la mina Colquiri para evitar el enfrentamiento entre asalariados y cooperativistas, señalando que la decisión de expropiar está en manos del Ejecutivo, que informó que estaba elaborando el decreto. No hay que olvidar que el XXXI Congreso Minero de la FSTMB de 2011, propone la nacionalización de las minas para beneficio del Estado y no de las transnacionales. 
Asimismo, el 6 junio se realiza un cabildo en el distrito minero de Colquiri, que determina solicitar al Gobierno que se rompa el contrato que firmó el Estado con la empresa Sinchi Wayra, para que la mina sea explotada por la COMIBOL.
Dos días más tarde, el 8 de junio, se suscribe un acuerdo entre la Minera Sinchi Wayra Colquiri, el Ministerio de Minería, representantes de las cooperativas 26 de Febrero, Collpacota y Socavón Inca, y FENCOMIN. El convenio indica que, con la aprobación de la COMIBOL, la empresa Colquiri, ha dispuesto ceder a dichas cooperativas la veta Rosario, en toda su profundidad, para que sean ellas los que lleven adelante la explotación. Con la condición de vender toda su producción del mineral bruto a la compañía. Esto somete el sistema de producción de las cooperativas a las expectativas de obtención de ganancias de la empresa.
Pese a la firma del acuerdo, la FSTMB y los trabajadores de Colquiri, que no forman parte del acuerdo, siguen presionando y negociando con el gobierno por la “nacionalización de Colquiri” en los días siguientes. El 11 de julio el Ministro de la Presidencia hizo oficial la noticia al señalar que “la recuperación de Colquiri es un hecho sin retorno, no hay ningún debate más, se nacionaliza”.
FENCOMIN a pesar de ver frustrada la perspectiva histórica de acceder a la propiedad de yacimientos de COMIBOL, participa en la comisión que elabora el decreto, porque el gobierno aseguró que respetará el acuerdo que entrega a las cooperativas la veta Rosario y porque la medida sólo afectará el contrato con Sinchi Wayra, y no así, el de la cooperativa 26 de Febrero.
A pesar que FENCOMIN aceptó el acuerdo, los trabajadores cooperativistas de Colquiri mantuvieron la ocupación física de la mina hasta el día 14 de junio, cuando los trabajadores asalariados recuperan por la fuerza el yacimiento. Mientras se espera el decreto se mantiene la tensión entre asalariados y cooperativistas y las operaciones en la mina están paralizadas.
Con la movilización, la cooperativa 26 de Febrero ha logrado su objetivo, porque hay el compromiso del gobierno de otorgarles nuevas áreas de trabajo, sin embargo, no es bajo la forma que ellos hubieran querido, es decir, tener el control total del yacimiento, ya que la nacionalización es bajo el control de COMIBOL.
 Los ganadores con el conflicto son los trabajadores asalariados, porque aprovecharon el conflicto que armaron los cooperativistas para lograr una conquista programática de la FSTMB. La empresa Sinchi Wayra deja de operar en uno de los ricos yacimientos pertenecientes a COMIBOL. No hay que olvidar que gracias a los yacimientos de Colquiri, Bolívar, Porco y Poopó, Sinchi Wayra es la segunda empresa minera más importante del país.
Indefinición de la política minera
El caso de la mina Colquiri no es más que otro caso de un hecho que se ha venido generalizando en la explotación minera durante los últimos años. Según un informe de la Cámara Nacional de Minería, entre los años 2004 a 2010 al menos 201 concesiones mineras chicas, medianas y cooperativas fueron avasallados por comunarios de La Paz, Oruro, Potosí y Cochabamba. Siendo muy pocos donde se ha llegado a un entendimiento.
Se identifican dos causas que explican la generalización de los avasallamientos. El más difundido es el aumento internacional de precios de los minerales, que despiertan el interés de los comunarios para obtener beneficios de la explotación minera circundante. La otra causa es la falta de definición de la política minera, fundamentalmente en el tema de la propiedad.
La Constitución Política del Estado Plurinacional genera expectativas en las comunidades y en los cooperativistas mineros. El artículo 30 señala el derecho de los pueblos indígenas a la participación en los beneficios de la explotación de los recursos naturales en sus territorios,  y también, a la consulta previa obligatoria para la explotación de los mismos. Asimismo, el artículo 370 señala que el Estado promoverá y fortalecerá las cooperativas mineras para que contribuyan al desarrollo económico y social.
Sin embargo, la Constitución respeta la propiedad privada y los derechos adquiridos, siempre y cuando su uso cumpla una función económica y social y no sea perjudicial para el interés colectivo (artículo 56). Por otra parte, el artículo 370 establece la otorgación de contratos mineros a todos los sujetos con derecho minero, es decir, que realicen actividades en la cadena productiva, por lo que el nuevo Código de Minería debe definir las condiciones como las empresas y cooperativas pasarán del sistema de concesiones al sistema de contratos.
 La posición del gobierno frente a las tomas de comunarios y cooperativas, mientras se mantiene en suspenso la larga espera del nuevo Código, señala que “con éstas se convierten en empresas irregulares, que incurren en una serie de delitos: atentan con la propiedad privada, violencia, robo de maquinaria y minerales, funcionan al margen de la ley, contrabando de minerales, no pagan impuestos, no cumplen con las obligaciones laborales. Por eso se actuó mediante el uso de la fuerza” (Viceministro de Minería). El propio Presidente Evo Morales, reclamó la comprensión de los comunarios para que se realice la explotación de los recursos naturales, o en su caso “responsabilizarse por daños al Estado”.
Esta falta de definición en la Política de Minería[1] no sólo responde a lo complejo de los intereses económicos contrapuestos de la diversidad de actores involucrados, responde también a la concepción de desarrollo que plantea el Plan Nacional de Desarrollo PND (DS 29272). El PND se propone superar el patrón primario exportador de la economía boliviana a partir de los excedentes de los sectores estratégicos (hidrocarburos y minería). Estos excedentes se canalizarán a los sectores generadores de empleo e ingresos, para contribuir a diversificar la economía y el desarrollo social que llevé al Vivir Bien.
Según el PND, este proceso se daría mediante la convivencia y complementariedad con equidad de la Economía Estatal[2], la Economía Comunitaria (organizaciones sociales, comunitarias, micro y pequeños empresarios, artesanos, organizaciones económicas campesinas, comunidades y cooperativas), Economía Mixta y la Economía Privada nacional y transnacional. Sin embargo, cuando se respeta la propiedad privada capitalista, los intereses antagónicos de las diferentes clases sociales siguen en pugna, tal como lo demuestra la realidad de los avasallamientos en la minería. Por tanto, la política que favorece a un sector, lo hace a costa de los intereses económicos de los demás.
Situación de los subsectores mineros
En el año 2011 la producción de minerales en Bolivia fue de 558.355 TMF por un valor de $us 3.509 millones. Esta producción en 75% correspondió a la Minería Mediana, el 24% a la Minería Chica y Cooperativa, y el 1% a COMIBOL. La Minería Mediana está controlada por las empresas transnacionales Sumitomo en San Cristóbal y Sinchi Wayra en Colquiri, Porco, Bolívar, Poopó controlan el 96% de la producción del sector y el 72% de la producción nacional.
En el caso de las 1.126 Cooperativas Mineras registradas en INALCO en 2010, son las 89 que tienen concesiones en arriendo con COMIBOL, las que controlan la producción. Por ejemplo en el año 2004 controlaron el 79% de la producción de minerales de las cooperativas, siendo la Cooperativa 26 Febrero que se ubicó entre las 20 primeras con una producción de estaño de 271 TMF.
La importancia de COMIBOL que sólo controla la producción de Huanuni, radica en que tiene los yacimientos que tiene las más importantes reservas, siendo “el 45% de los yacimientos en explotación de propiedad de COMIBOL” (Arce, 2007). En la actualidad COMIBOL tiene 89 contratos de arriendo con cooperativas, y 30 contratos de arriendo y 8 de riesgo compartido con empresas.
A manera de conclusiones
Entonces, ¿qué significado tiene apoyar con políticas exclusivas a cada uno de los subsectores? El apoyo a la mal llamada Minería Mediana significa mantener la estructura monopólica de dos empresas transnacionales, que subordinan al sector estatal y cooperativo. Apoyar al sistema cooperativo sin tener una política orientada a modernizar la producción parcelada que actualmente tiene, es fomentar formas de producción atrasadas subordinadas al capital transnacional. Apoyar la producción de COMIBOL, significa tomar el control del excedente que se apropian las transnacionales y organizar el sistema de producción de las cooperativas.
En la definición del conflicto en Colquiri, se mantiene la ambigüedad de una política minera, pues a la par que se nacionaliza a la empresa Sinchi Wayra, se mantiene el sistema cooperativo. Si la política se orientara a hacer de COMIBOL una empresa que tenga el control de la producción minera en base a tecnología moderna y garantizado el empleo de la fuerza de trabajo empleada en el sistema cooperativo (como la reducción de la jornada laboral), se estaría apuntando a construir los pilares de una Bolivia Digna y Productiva sin pobreza e inequidad.
Fuentes de información
-          Instituto Prisma. Noticias de minería. www.institutoprisma.org
-          Portal Minero. Noticas de minería de Bolivia. www.portalminero.com
-          Bussiness News America´s. Noticias de minería de Bolivia. www.bnamericas.com
-          Sergeotecmin. 2009. Estadísticas de concesiones mineras. La Paz, Bolivia.
-          INE. 2011. Estadísticas de población. La Paz, Bolivia.
-          Gaceta Oficial. Leyes y Decretos Supremos. La Paz, Bolivia.
-          Asociación Nacional de Mineros Medianos. La Paz, Bolivia.
-          Ministerio de Minería y Metalurgía. Estadísticas del sector minero. La Paz, Bolivia.
-          Arce, Osvaldo. 2007. Guía de los yacimientos metalíferos de Bolivia. SPC Impresores. La Paz, Bolivia.
-          Poveda, Pablo. 2012. Diagnóstico del Sector Minero 2000 – 2011. Fundación Jubileo. La Paz, Bolivia.




[1] Al respecto, COMIBOL y Sinchi Wayra negociaron la migración a contratos de asociación, que establecerá la reposición de reservas, la inversión de $us 100 millones en los primeros cinco años y el 55% de las utilidades.
[2] Álvaro García Linera afirmó, que “el Gobierno busca una solución equilibrada al conflicto de la mina Colquiri” en consenso con el sector cooperativista y los mineros asalariados.
“A diferencia de lo que pasaba en 2007, cuando la nacionalización hubiera sido plena, completa, sin debate alguno. Hoy, con la nacionalización, tenemos que equilibrar los derechos del sistema cooperativo, estamos trabajando en eso y esperemos que, tanto el sistema cooperativo como la Federación de Mineros y la COB nos ayuden a encontrar el justo equilibrio de ambos sujetos sociales.