MUY URGENTE MINEROS DE COLQUIRI
Arturo D.
Villanueva I.
18/09/2012
Compañeros:
Acabando de anoticiarnos de la brutal y cobarde agresión y arremetida que sufrieron mineros asalariados a manos de "cooperativistas" mineros (que ironía de denominativo que trasluce exactamente todo lo contrario de lo que significa), acudo a ustedes en vista de la enorme gravedad de dichos acontecimientos que eventualmente podría desencadenar hechos absolutamente indeseados para el país y el proceso que encaramos los bolivianos, pero lo que es peor derivar en situaciones regresivvas que debemos evitar.
Como seguramente todos coincidiremos, los actos producidos en las puertas de la ex sede de la COB en la ciudad de La Paz, es muy probable que puedan desencadenar otros actos de violencia en busca de reparación y respuesta que no contribuirán a la solución de uno de los conflictos más graves que resultan de la pugna por explotar y extraer la riqueza de los minerales, pero que además está dando lugar al enfrentamiento, la disputa y una lucha sin cuartel en el que se mezclan cooperativistas, asalariados mineros, empresas transnaciodnales, comunidades campesinas e indigenas y pueblos en todos los lugares donde esa riqueza natural se presenta.
Como bolivianos, no podemos quedar indiferentes y no podemos permitir que se produzca una ola de violencia y sangre, cuyos resultados trágicos todos los conocemos. Este es el momento de pronunciarnos, antes que el descenlace de los acontecimientos nos lleve por delante y ponga en riesgo el enorme esfuerzo, sacrificio y esperanza que hemos depositado para salir adelante y refundar nuestra sociedad y nuestro Estado.
Es momento de demandar al Presidente Evo Morales y su gobierno, que ha llegado la hora de que DEFINA CLARAMENTE SU CURSO Y SEÑALE EL RUMBO QUE DEBE TOMAR EL PROCESO PARA ESTAR EN CONSONANCIA CON LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO Y CON EL MANDATO DE CONSTRUIR EL ESTADO PLURINACIONAL Y UNA SOCIEDAD SOCIALISTA COMUNITARIA PARA VIVIR BIEN EN ARMONIA CON LA NATURALEZA.
Ya no es posible admitir ni soportar soluciones supuestamente "salomónicas", que bajo el argumento de conciliar y equilibrar disputas por el derecho de expotación de los recursos mineros, en realidad ocultan y socapan los más salvajes intereses extractivistas que provocan enfrentamientos entre bolivianos, contaminan la tierra y el medio ambiente, provocan severos daños socio ambientales e inclusive son favorecidos con medidas que otorgan tratos preferenciales que no contribuyen en absoluto a ordenar y regular económica, social ni ambientalmente la actividad minera; sino, todo lo contrario, impulsan iniciativas totalmente en contra de una relación armoniosa con la naturaleza y entre los sectores sociales que intervienen en ese tipo de actividades.
El cooperativismo minero, que todos sabemos está muy lejos de cumplir sus principios y más bien ha contribuido a reestablecer las relaciones de explotación y de servidumbre mas salvajes que solo favorecen a unos pocos "titulares" de los grupos conformados; debe saber que BOLIVIA ya no está dispuesta a permitir ni tolerar que un conjunto de bolivianos, a título de sector social que respalda el proceso y el gobierno, en realidad constituya un sector que AMENAZA (con su violencia y el acceso a la dinamita) DESTRUIR EL PATRIMONIO NATURAL Y MINERAL DE TODOS LOS BOLIVIANOS, LAS COMUNIDADES CAMPESINAS Y ORIGINARIAS, LOS RECURSOS HIDRICOS (...), PERO SOBRE TODO EL PROCESO DE CAMBIO Y TRANSFORMACIÓN DEMOCRATICO CULTURAL EN EL QUE EL PUEBLO HA EMPEÑADO TODA SU ESPERANZA.
La cobarde y violenta arremetida de los cooperativistas mineros, ya no puede ser vista en el marco de una disputa sectorial y, mucho menos, como resultado de una manifestación y una marcha a la que tienen legítimo derecho todos los sectores sociales; sino mas bien como un acto de provocación y alevosía que se basa en la percepción equivocada de aquellos bravucones que atenidos a su fuerza, su tamaño o su poder económico, pueden realizar cualquier tipo de tropelías. En este caso, el tamaño de su agresión y alevosía, debe estar en directa relación con el tipo de respuesta que el gobierno está obligado a realizar, salvo que una vez más esté dispuesto a extraviar el rumbo y, lo que es peor, quedar a expensas y sometido al chantaje y la violencia de quienes lo único que buscan es continuar esquilmando y explotando los recursos naturales, de sus propias comunidades y de sus propios coterraneos.
Propongo que nos manifestemos y hagamos llegar nuestro criterio al gobierno nacional. Un fuerte abrazo,
Arturo D. Villanueva I.
Acabando de anoticiarnos de la brutal y cobarde agresión y arremetida que sufrieron mineros asalariados a manos de "cooperativistas" mineros (que ironía de denominativo que trasluce exactamente todo lo contrario de lo que significa), acudo a ustedes en vista de la enorme gravedad de dichos acontecimientos que eventualmente podría desencadenar hechos absolutamente indeseados para el país y el proceso que encaramos los bolivianos, pero lo que es peor derivar en situaciones regresivvas que debemos evitar.
Como seguramente todos coincidiremos, los actos producidos en las puertas de la ex sede de la COB en la ciudad de La Paz, es muy probable que puedan desencadenar otros actos de violencia en busca de reparación y respuesta que no contribuirán a la solución de uno de los conflictos más graves que resultan de la pugna por explotar y extraer la riqueza de los minerales, pero que además está dando lugar al enfrentamiento, la disputa y una lucha sin cuartel en el que se mezclan cooperativistas, asalariados mineros, empresas transnaciodnales, comunidades campesinas e indigenas y pueblos en todos los lugares donde esa riqueza natural se presenta.
Como bolivianos, no podemos quedar indiferentes y no podemos permitir que se produzca una ola de violencia y sangre, cuyos resultados trágicos todos los conocemos. Este es el momento de pronunciarnos, antes que el descenlace de los acontecimientos nos lleve por delante y ponga en riesgo el enorme esfuerzo, sacrificio y esperanza que hemos depositado para salir adelante y refundar nuestra sociedad y nuestro Estado.
Es momento de demandar al Presidente Evo Morales y su gobierno, que ha llegado la hora de que DEFINA CLARAMENTE SU CURSO Y SEÑALE EL RUMBO QUE DEBE TOMAR EL PROCESO PARA ESTAR EN CONSONANCIA CON LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO Y CON EL MANDATO DE CONSTRUIR EL ESTADO PLURINACIONAL Y UNA SOCIEDAD SOCIALISTA COMUNITARIA PARA VIVIR BIEN EN ARMONIA CON LA NATURALEZA.
Ya no es posible admitir ni soportar soluciones supuestamente "salomónicas", que bajo el argumento de conciliar y equilibrar disputas por el derecho de expotación de los recursos mineros, en realidad ocultan y socapan los más salvajes intereses extractivistas que provocan enfrentamientos entre bolivianos, contaminan la tierra y el medio ambiente, provocan severos daños socio ambientales e inclusive son favorecidos con medidas que otorgan tratos preferenciales que no contribuyen en absoluto a ordenar y regular económica, social ni ambientalmente la actividad minera; sino, todo lo contrario, impulsan iniciativas totalmente en contra de una relación armoniosa con la naturaleza y entre los sectores sociales que intervienen en ese tipo de actividades.
El cooperativismo minero, que todos sabemos está muy lejos de cumplir sus principios y más bien ha contribuido a reestablecer las relaciones de explotación y de servidumbre mas salvajes que solo favorecen a unos pocos "titulares" de los grupos conformados; debe saber que BOLIVIA ya no está dispuesta a permitir ni tolerar que un conjunto de bolivianos, a título de sector social que respalda el proceso y el gobierno, en realidad constituya un sector que AMENAZA (con su violencia y el acceso a la dinamita) DESTRUIR EL PATRIMONIO NATURAL Y MINERAL DE TODOS LOS BOLIVIANOS, LAS COMUNIDADES CAMPESINAS Y ORIGINARIAS, LOS RECURSOS HIDRICOS (...), PERO SOBRE TODO EL PROCESO DE CAMBIO Y TRANSFORMACIÓN DEMOCRATICO CULTURAL EN EL QUE EL PUEBLO HA EMPEÑADO TODA SU ESPERANZA.
La cobarde y violenta arremetida de los cooperativistas mineros, ya no puede ser vista en el marco de una disputa sectorial y, mucho menos, como resultado de una manifestación y una marcha a la que tienen legítimo derecho todos los sectores sociales; sino mas bien como un acto de provocación y alevosía que se basa en la percepción equivocada de aquellos bravucones que atenidos a su fuerza, su tamaño o su poder económico, pueden realizar cualquier tipo de tropelías. En este caso, el tamaño de su agresión y alevosía, debe estar en directa relación con el tipo de respuesta que el gobierno está obligado a realizar, salvo que una vez más esté dispuesto a extraviar el rumbo y, lo que es peor, quedar a expensas y sometido al chantaje y la violencia de quienes lo único que buscan es continuar esquilmando y explotando los recursos naturales, de sus propias comunidades y de sus propios coterraneos.
Propongo que nos manifestemos y hagamos llegar nuestro criterio al gobierno nacional. Un fuerte abrazo,
Arturo D. Villanueva I.
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